Si sueña con ir de una ciudad europea emblemática a otra: despertarse en París, cenar en Florencia y salir de marcha en Berlín, todo ello con un billete de tren en el bolsillo, el interrail por Europa es su billete de oro. Es una experiencia imprescindible, especialmente popular entre viajeros jóvenes, solitarios o preocupados por su presupuesto. Y, de hecho, es una especie de rito de paso aquí en Europa, y una experiencia atractiva para los norteamericanos y australianos que quieren explorar varios países europeos en poco tiempo.
Flexible, aventurero y sorprendentemente asequible, el interrail pone (casi) toda Europa a su alcance, permitiéndole explorarla a su ritmo.
Esta guía para viajar por Europa le mostrará cómo planificar su viaje, reservar billetes, mantenerse conectado con una eSIM Europa para viajar y aprovechar al máximo cada kilómetro.
Antes de que empiece a imaginarse calles adoquinadas y pintorescos viajes en tren, hablemos de billetes. El Interrail Pass es tu pasaporte ferroviario de acceso total a Europa, pero ahora hay un par de opciones a considerar.
Europa está repleta de destinos y ciudades cargadas de historia, cada una digna de su propia visita. Pero he aquí algunas de las mejores ciudades Interrail que no querrá perderse. Itinerario listo.
La Ciudad de las Luces (y del Amor) es romántica, culta y rebosa vida, y turistas durante el verano. No se pierda la emblemática Torre Eiffel (magníficas vistas del espectáculo nocturno de luces desde la Torre Montparnasse), Montmartre, o pasear por los cafés y librerías que bordean el Sena. O visite uno de los gigantescos museos de arte: el Louvre o el Museo de Orsay. Pruebe a explorar joyas menos conocidas, como el Canal Saint-Martin o las tiendas vintage de Le Marais.
Apta para bicicletas y llena de encanto. Visite la famosa Casa de Ana Frank o el Museo Van Gogh (merece la pena reservar con antelación), navegue por los canales e intente divisar las "casas danzantes" a lo largo del río Amstel, y disfrute de la comida callejera en De Pijp. Al caer la noche, sumérjase en la famosa escena tecno holandesa en uno de los muchos megaclubs de la ciudad.
Presupuesto asequible y ambiente de cuento de hadas. Pasea por el casco antiguo, cruza el Puente de Carlos, visita el Museo Kafka o el Muro de John Lennon antes de disfrutar de una buena comida checa con cerveza local. Aquí es más barata que el agua..
Un paraíso para los viajeros con poco presupuesto que buscan una mezcla de culturas. Rejuvenezca en los baños termales, explore los bares de ruinas kitsch -antiguos edificios abandonados- y admire las vistas desde el Bastión de los Pescadores. No olvide un crucero nocturno por el Danubio. O simplemente coja una bicicleta y explore el enorme Parque del Pueblo.